El barrio bohemio por excelencia de Barcelona, el Born, no sólo es conocido por tener uno de los mejores ambientes de la ciudad condal sino que también acoge un singular espacio gastronómico lleno de historia. Un lugar donde podrás disfrutar de diferentes especialidades culinarias cuidadas al máximo detalle. En sus estrechas callejuelas encontrarás tanto restaurantes con encanto como comercios gastronómicos de los de toda la vida. Por ello con esta pequeña guía te ayudamos a sumergirte en un inconfundible viaje de sabores.
El objetivo principal es conseguir democratizar el mundo de la coctelería creativa, trasladando el afterwork londinense aquí. Su elaborada carta ofrece opciones de todo tipo; el Mediterranean treasure con vodka Ketel One, fino sherry infusionado con hojas de ostras, licor de saúco, limón, sirope de agave, cilantro y clara de huevo; presentada en una caracola marina con humo de tomillo y romero. Es como abrir un cofre oculto bajo el mar, que contiene la esencia del Mediterráneo.
Foto: Cecilia Díaz Betz
Noodles artesanales elaborados diariamente con harina orgánica en caldos hechos con cariño, amor y horas, combinados con cerdo, panceta, verduras o tofu. Es sin duda una de las atracciones del RedAnt, pero no la única. Prepárate para un viaje por Thailandia, China, Corea, y Japón que no tiene nada que envidiar a su hermano mayor el Mosquito.
Foto: Beatriz Janer
Bar Mundial, fundado en 1925 por Paco Tor Mollà, un aficionado al boxeo, es uno de esos sitios a los que jamás te cansas de ir. El género con el que trabajan es de una calidad excelente, tanto el que proviene del mar como los embutidos típicos están a la orden del día en la ciudad Condal. Los bivalvos de la carta gozan de gran popularidad; especialmente las coquinas, los berberechos y los mejillones abiertos a la plancha.
Foto: Cecilia Díaz Betz
Entrar en esta tienda es como entrar en la Capilla Sixtina del fino paladar: anchoas de distintas costas, más de cincuenta variedades de aceitunas y encurtidos, bacalao en salazón, jamones curados, conservas de varios tipo de gama y, desde hace unos diez años, una cuidada selección de vinos y cavas.
Foto: Lita Bosch
En una ciudad donde cada bar de tapas es una pagoda con fieles seguidores, Bar Brutal ha logrado distinguirse gracias a una fórmula francamente… brutal, que se compone de las tradiciones más old school de la historia de la gastronomía. Vinos naturales (elaborados con la mínima intervención de la mano humana) acompañados de alimentos expuestos a escasas temperaturas. Aquí mandan los marinados, macerados, encurtidos, ahumados y curados.
Foto: Sonia Zaghbani
He aquí uno de los pocos restaurantes barceloneses de tapas donde no sirven ni croquetas de boletus, ni ensaladilla soviética, ni foie gras a la plancha con compota de manzana. Desde que abrieron el día del trabajador del 2010, Tara Penke y su hubby, chef Jaime Riesco, a partir de sus respectivas experiencias estadounidenses en el mundo de la hostelería, se plantearon la idea de servir tapas intercontinentales donde lo único español fuese la materia prima y los vinos.
Foto: Cecilia Díaz Betz
Este conocido restaurante especializado en tapas asiáticas crea adicción a todo el que va. Sus famosos y exitosos dumplings- rellenos de cerdo, ternera, verdura, langostino o tofu- sus sabrosas sopas –Wonton, Pho Bo, o con fideos de huevo elaborados por ellos mismos- y ese pato frío ahumado que dan ganas de ponerle un piso. Como ellos dicen: “No todo son dumplings” -por muy muy buenos que estén, posiblemente los mejores de Barcelona- pues puedes también comer costillas de cerdo, buñuelos de pescado thai, panceta al vapor, ternera a la pimienta Sichuan o sus setas y verduras al vapor, todo delicioso y a un precio de risa.
Foto: Mahala Marcet
Este pequeño restaurante del Born ofrece una fusión entre la cocina italiana y catalana, haciendo un recorrido desde los orígenes de Roberto y Ariadna, hasta su momento actual en Barcelona. Roberto desde la cocina y Ariadna en la sala, te reciben en Meneghina como el que acoge a un invitado en casa. “Nos gusta dedicar tiempo a la gente. Nos gusta encontrarnos de nuevo a los clientes cuando vuelven y recordar cuál es el tipo de vino que les gusta” comenta Ariadna. Y como cualquiera que se siente invitado, lo mejor es dejarse mimar por el anfitrión, en este caso, a través de sus platos; los gnocchi, ravioli y maltagliati los elabora Roberto artesanalmente, y el plato de spaghetti al pomodoro, con albahaca y tomate confitado es un clásico de Meneghina. Pero su oferta abarca mucho más. El tartar de gamba con tres tipos de zanahoria y confit de limón es un riquísimo equilibrio entre un plato de la Costa Brava y otro del sur de Italia. La parmigiana de berenjena va variando su presentación según la estación del año, pero el gusto de la mezcla entre berenjena, tomate y mozzarella, sigue siendo siempre espectacular. La sorprendente salsa en la que sirven los gnocchi está elaborada a partir de pescado de roca. El pulpo con lentejas, pimiento del piquillo y una delicada crema de ajos tiernos es otra perfecta elección de plato de mar.
Foto:Beatriz Janer
Su asequible carta nos ofrece una selección de tempuras, platos fríos (con elementos protagonistas como las algas nori, el jengibre o el boniato), kimchis (elaborados a base de col fermentada), el famoso don (arroz asiático), edamame (vainas de soja al vapor), y por supuesto, su plato estrella: Buns, un nuevo concepto de hamburguesa asiática, basada en la receta original del prestigioso chef David Chang, que va a dar mucho de qué hablar en Barcelona. Consiste en pan al vapor fabricado por ellos de principio a fin. Los rellenas tú mismo con carne de ternera, cerdo o pollo, y los complementas con encurtidos, variedades de lechuga, pepino, cacahuete, cebolla, apio…¡y una buena salsa! También ofrecen una versión para vegetarianos (con setas), y actualmente se encuentran trabajando en otra de pescado.
Foto: Anika Stieling