Virens- Hotel Almanac

Probablemente el mejor menú degustación veggie de Barna.

Con este titular, que parece un clickbait pero no lo es, destacamos que la calidad vs precio está increíblemente bien calibrada.

Rodrigo de la Calle, chef estrella (El Invernadero, en Madrid), aterriza en Barcelona para deleitarnos con sus deliciosas obras vegetarianas y con un equipo en cocina/sala tan atento y tan profesional que harán que te sientas como en casa – aunque sepas que jamás vas a tener una casa como el Almanac (¡qué bonito es parfavor!)-.

Si echáis un vistazo a la biografía de Rodrigo, encontraréis a un cocinero volcado por y para la Naturaleza. Siendo flexitariano, donde las carnes pasan a un segundo plano o directamente no están, sus elaboraciones son tan sabrosas y tan ricas que, aunque seas un carnívoro empedernido, te harán replantear tu propia dinámica alimentaria.

Así pues, os recomendamos encarecidamente que vayáis a probar el menú degustación veggie que solo cuesta 50€ – veréis ahora por qué decimos solo-:

En él podrás devorar los siguientes manjares: Las “láminas de nabo de alt empordà encurtidas con vinagre de especias y algas” (Empordà meets Japan), “Empanadas de col china con emulsión probiótica y capuchina” (una verdadera delicia), “Croquetas de espinacas y kale rizado del Maresme”, “Tartar de remolacha del baix camp con helado de trufa en ensalada de hierbas aciduladas”, “Salmorejo de zanahorias de Santa Perpétua a la brasa con tirabeques y requesón especiado”. Y aún no termina… “Tatín de túetano de puerros caramelizados y flores de invierno” y “Arroz de verduras del desierto con anémonas y algas de Porto-muiños”. ¡Ou yeah!

¡Ah! y dos postres: “Crema catalana de calabaza del Segrià y vainilla de jengibre» (si si y no sabes ¡lo buena que está!) y “Tiramisú de tupinambo y polvo de cebada tostada”.

Al terminar de comer/cenar, te sentirás llen@ (de felicidad) pero no pesad@ (como en la mayoría de menús degustación). Y ahí es donde está la gracia. Como destaca Rodrigo: “Si vienes a cenar el menú degustación, que luego puedas dormir. Y si vienes a comer, que luego puedas cenar”. No podemos estar más de acuerdo. El goce de comer/cenar jamás debería ir acompañado del empacho y el malestar post-festín (todo el mundo en algún momento ha soltado el clásico: “Hoy no ceno”)

Solo podemos rendirnos a sus fogones y comunicar lo felices que nos haces Rodrigo, a nosotros y al planeta. ¡GRACIAS!