Viuda de Vacas decoraba con su fachada, desde 1915, la Cava Alta de Madrid. Era la taberna de La Posada San Antonio y se convirtió en el lugar en el que aparte de comer, también se echaban las partidas de dominó y cartas. Aunque el local original que ocupaban aún se mantiene allí, por motivos de obras la taberna se trasladó a su actual localización. Está en una esquina ideal del barrio de La Latina y que a día de hoy se mantiene como epicentro de las festividades de La Virgen de La Paloma y refugio de aquellos que visitan El Rastro los domingos por la mañana. Aún así, tal traslado no evitó que su más fiel clientela se mantuviera a su lado solo para seguir comiendo día tras día sabrosos platos como sus suaves croquetas de calamares en su tinta, los tradicionales callos, rabo de toro, y su casero bacalao à bràs o segovianos judiones. No han cambiado la carta en años y aunque juegan con los productos de temporada no se agobian con seguir tendencias que tarde o temprano van a dejar de llamar la atención. Si no lo hacen no es por vagancia ni mucho menos, no lo hacen porque sus recetas funcionan y están buenas. Si no está roto, ¿por qué arreglarlo?
Entre sus mesas se divisan personajes de mediana edad para los que las moderneces van más allá de su entendimiento. Para estos clientes lo que cuenta es que sepa bien, se mire bien y siente bien y en Viuda de Vacas bordan lo del bueno, bonito y barato en platos sinceros y de toda la vida. Su peculiar nombre se divisa a lo lejos en su fachada y viene de la abuela de su actual dueño, y tercera generación de dueños: Javier Cánovas Vacas.
Viuda de Vacas es un secreto madrileño que se pasa con el boca a boca entre los locales que aún no han oído hablar de él y entre los turistas que se mueren por probar comida casera auténtica.
Lun – Sáb: 13:00 – 17:00 y de 20:30 – 12:30
Dom: 13:00 – 17:00. Cerrado por la noche
Precio medio: 25 € – 30 €
Tel: 913665847
Texto: Paula Móvil
Fotos: Diego Diez