Zen zoo no es una tetería al uso. Es una tetería artesanal moderna, una especie de bar de tés taiwanés -en Taiwán hay uno cada 10 metros y son súper pequeños- trasladado a occidente. En ella se hacen los «bubbleteas» o tés de perlas, una bebida proveniente de Taiwán y creada en los años 80, que combinada con diferentes sabores y toppings hacen de este zoológico zen una experiencia inolvidable.
Según cuenta la leyenda, «el Dios del Té vivía muy feliz en una isla llamada Taiwán, pero estaba aburrido de beber el mismo té una y otra vez. Por eso, un día llamó a todos los animales de la isla para que le ayudaran a crear nuevos sabores diferentes. Después le añadieron bolitas de tapioca y gelatinas de sabores. Y así nacieron los sabores juguetones de Zen Zoo», que significa «tapioca» en chino mandarín.
En esta tetería ofrecen cuatro opciones o «familias» de bebidas. La primera son los milk teas que son como batidos de tés con leche, como el té verde matcha japonés, el de taro (que es un tubérculo dulce asiático) con tapioca, el té clásico negro también con leche, o el súper oreo, que es un invento propio; después encontramos los fruit teas, que son tés con frutas, parecidos al «nestea» pero caseros, como el de fruta de la pasión con poppings (bolitas) de fresa, el litchi zen, el lemon català, o el té verde de jazmín; y también están los milk shakes y los smoothies, que son granizados hechos al momento, como el taro coco, el de melón, el tropicalísimo o el mango minion. Como se puede comprobar, la mayoría de sabores son fusiones de las dos culturas, la de oriente y la de occidente, pero obviamente también venden tés más puristas y tradicionales como el té negro o el té verde, el té con miel, el té con limón o con mango, etc…
Los toppings son un mundo a parte. Primero está la tapioca, que es fresca, negra y con azúcar moreno, y que se coloca la mayoría de veces en los milk teas como si de una gominola natural se tratase, eso sí, la tienen escondida porque su receta es secreta. Después están los poppings o bolitas explosivas, que son esferificaciones de zumos que estallan en la boca cuando las muerdes y hay de muchos sabores. También encontramos las jellies o gelatinas de coco que son veganas, como todo lo que tienen en esta tienda. Y además se puede elegir entre las judías rojas japonesas o azuki, las galletas oreo, un pudin casero, o simplemente nata para complementar los bubbleteas, que se pueden pedir para llevar o para tomar in situ.
La decoración de este local es muy particular y homemade. Las paredes están 100% pintadas por todos sus clientes, las gradas de asientos son como montañitas de césped que simulan las tierras de té y los animalitos que aparecen por ahí son la mayoría reciclados de las decoraciones de las fiestas del barrio de Gracia. Jorge Cheng, el madrileño-taiwanés dueño del local junto a su chica, nos cuenta que «llevamos casi 3 años aquí y la idea es que la gente pueda experimentar lo que es un bubbletea en un ambiente diferente y exótico, que no sólo sea tomarse un té».
Este negocio es original e independiente pero en un futuro, tienen pensado expandirse y abrir otros zoológicos zen por Barcelona y Madrid. Como dice Jorge «el bubbletea es un producto tradicionalmente muy asiático pero nosotros lo queremos hacer más global. Tanto nuestros trabajadores como nuestros clientes son muy diversos y es un producto que tiene una aceptación que va más allá del típico cliente oriental». Así que si pasáis por la calle Bonsuccés, no os podéis ir sin probar estos especiales tés de perlas.
Carrer del Bonsuccés, 6, 08001 Barcelona
Teléfono: 933 01 91 67
Horario: de 11:00 a 22:30 horas.
Texto: Olga Gallego
Fotos: Anika Stieling